"Migrantes"; "Hay sitio para todos"," Ratoncita y el muro rojo", "Sin Fronteras": 4 libros para un mundo más tolerante

No hace falta ver las noticias para darse cuenta de la realidad en que vivimos: un mundo en el que los nacionalismos van en aumento, la polarización en los debates políticos es cada vez más marcada, donde pareciese que el diálogo fuera imposible, donde la intolerancia y el odio hacia -el otro- se ven cada vez más presentes en la vida cotidiana.

Según el último informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados el número de personas que huye de la guerra, la persecución y los conflictos superó los 70 millones en 2018. Casi el 4 % de la población mundial (258 millones) puede considerarse como inmigrante, según datos de la Organización Internacional de la Migración.

¿Cómo hablarle a los niños de estos temas? ¿Cómo fomentar en ellos la bondad, la tolerancia, la generosidad?

Recuerdo mi enorme impresión hace un par de años, cuando observaba las coloridas y potentes imágenes de un grupo de animales viajando de la peruana Issa Watanabe en las vitrinas de los ilustradores seleccionados para la exhibición que se realiza cada año en la feria del libro infantil de Boloña, y haber tenido el gusto de escucharla durante un panel sobre la literatura infantil y juvenil en latinoamérica. Cuando vi que libros del Zorro Rojo publicaría está colección en el libro silencioso "Migrantes", casi empiezo a saltar de alegría.

Y es que es necesario hablar, discutir y fomentar la solidaridad y la aceptación. Darse cuenta de que aunque suene trillado -todos somos uno-, de que la realidad de unos esta directamente conectada con la nuestra y con nuestras acciones.

El libro de Issa Watanabe* puede ser un punto de partida para empezar estas conversaciones con los más pequeños de la casa. Se trata de un libro silencioso donde los protagonistas son animales (leones, cocodrilos, patos, flamingos...); las ilustraciones nítidas y coloridas sobre un fondo negro detallan las dificultades del viaje -donde la muerte no es ajena- pero también retratan la esperanza -como un metafórico árbol que florece al final del libro.

Otro libro -al parecer sencillo- "Hay sitio para todos" de la autora iraní Anahita Teymorian resulta imprescindible. En él un niño empieza narrando su historia desde el vientre de su madre, donde recuerda que no había mucho sitio -pero hubo sitio suficiente-. Y así sucesivamente, continua la historia; el niño se vuelve un gran viajero y descubre que aun en el mar, con la infinidad de peces y seres que lo habitan, y en el cielo, donde caben todos los pájaros -hay sitio para todos-.

Pero durante sus travesías descubre que los seres humanos suelen discutir y pelear por un lugar. Por lugares pequeños y grandes. Por lugares extraños. Descubre que esa parece ser la causa de la mayoría de los conflictos, pero que con creatividad, respeto y amor - ya lo adivinan- hay sitio para todos.  "Hay sitio para todos" fue publicado este año  por la editorial independiente Lata de Sal, más conocida por su colección de libros protagonizados por gatos.

En "Ratoncita y el muro rojo" de Britta Teckentrup (editado por Nube Ocho) la autora alemana cuestiona las divisiones impuestas mediante un pequeño y curioso ratón que se pregunta porque siempre ha habido un muro a la mitad del pueblo y que es lo que hay del otro lado. Acompañado de un pájaro azul descubrirá un mundo lleno de colores -y que no hay que tener miedo al otro, a lo distinto.

"Sin Fronteras" de Imapla -del que ya había hablado en esta entrada- es un libro juego que tiene muchísimas posibilidades: la más evidente es aprender los nombres y banderas de diferentes países del mundo, pero luego, al reacomodar los nombres e imágenes se pueden inventar países mixtos como "Mexi-Unidos" , "Sui-Tugal" etcétera. Y aunque suene utópico tal vez puede plantar la semilla (aunque sea solo una idea) de un mundo en el que no existan las fronteras, un mundo sin divisiones, un mundo de libertad.

¿Tienen alguna otra recomendación ? ¿Cómo inician ustedes esta discusión con los niños de su entorno, sean hijos, alumnos, sobrinos...?

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Aquí  y aquí se pueden leer un par de entrevistas a Issa Watanabe.