Sobre diversidad (¿o falta de?) en la literatura infantil


Los niños deben poder verse reflejados en los personajes de las historias que les contamos y de los libros que leen. Un análisis  de los 100 libros ilustrados infantiles más vendidos en 2018 en el Reino Unido realizado por el periódico inglés The Guardian descubrió que esta muestra de literatura infantil presenta a los niños un mundo blanco y dominado por el sexo masculino, con muy pocos personajes negros, asiáticos o de minorías étnicas (por sus siglas en inglés BAME; Black, Asian, Minority Ethnic). Únicamente 5 de los libros de la lista tenían a un personaje BAME como personaje principal, y en 3 de ellos se trata del mismo personaje: Len el largo, el malintencionado ladrón de raza mixta de la serie de Julia Donaldson: "Lo que escuchó la mariquita".

Los personajes masculinos siguen dominando los más populares libros ilustrados infantiles; un niño(a) tiene 1.6 más probabilidades de leer un libro con un personaje principal masculino que con uno femenino y es 7 veces más probable que lea un libro con un villano masculino que con uno femenino: se contaron 38 villanos masculinos, en comparación con 10 femeninos, 6 de los cuales aparecían en el mismo libro: "Las rimas perversas" de Roald Dahl.

Si consideramos libros individuales los personajes masculinos superaron a los femeninos en más de la mitad de los libros, mientras que los personajes femeninos superaron a los masculinos en menos del 20% de los casos. Un cuarto de los libros comprendían únicamente personajes blancos y en el 70% de los libros que sí contentían personajes BAME se trataba de personajes silenciosos (sin diálogos). El único personaje BAME que tiene nombre propio es Toto, un personaje del clásico "El cocodrilo enorme"  (de 1978!) también de Roald Dahl.  Sólo un libro contenía un personaje discapacitado.


Si comparamos estos "reflejos demográficos" en la literatura infantil con la población inglesa (donde se realizó el estudio) empezamos a observar las enormes discrepancias entre lo que los niños ven en los libros que leen y su mundo: alrededor de un tercio de los niños en edad escolar en Inglaterra son negros o con antecedentes de minorías étnicas según el departamento de educación, y 48% son de sexo femenino (datos de la Organización Nacional de Estadística de dicho país).


"Los niños necesitan y merecen verse en los libros, tener acceso a una rica y diversa gama de voces"-son las palabras de Jill Coleman de la fundación Book Trust, que acaba de lanzar un programa de 3 años con el fin de apoyar y subsidiar autores e ilustradores BAME.

El tema de la diversidad en la literatura infantil fue también discutido en detalle en la pasada feria internacional del libro infantil de Boloña donde hubo dos conferencias dedicadas a estos temas, la primera: "Black Books matter" y la segunda titulada "Time is on their side: Women in children books".


En el primer panel de expertos: "Black books matter" -que congregó a bibliotecarios, autores e ilustradores de renombre mundial- se empezó resaltando que aun hoy en día, en Estados Unidos tan sólo el 7% de los libros publicados escritos y /o ilustrados por personas de color también incluyen personajes de color. Esta plática empezó con un breve recuento histórico comenzando en los años 1920-1930 cuando la literatura infantil americana tenía poco que ofrecer a los niños de color: si es que acaso aparecían eran retratados como perezosos, pobres y sin ambiciones.


 Pero los niños reclaman historias actuales con las que puedan identificarse, que reflejen su experiencia. Augusta Baker, bibliotecaria y escritora, fue pionera en la defensa de la literatura infantil para niños afroamericanos. Fue la primera mujer afroamericana en graduarse de la maestria en bibliotecaria. Gracias a su trabajo pudo influir en la obra de grandes autores como  Maurice Sendak, Madeleine L'Engle, Ezra Jack Keats y John Steptoe. Dedicó su vida a recopilar bibliografía de literatura infantil en donde se retratara la experiencia de los niños de color de una manera que reflejara su realidad sin denigrarla.

Ilustración de "El día de nieve" de Ezra Jack Keats

Pero siguen faltando libros infantiles que reflejen la vida de las minorías en poblaciones urbanas, como el Harlem contemporáneo. No es raro escuchar a estos niños decir "Oh , otro libro mofándose de nosotros". La aparición de títulos como "Two is a team", "El día de nieve" de Ezra Jack Keats o "Stevie" de John Steptoe fue un comienzo.

Stevie de John Steptoe

Este año se conmemoraron los 50 años del premio de literatura infantil"Coretta Scott King", creado en 1969 para luchar contra la falta de representación de autores e ilustradores negros y promover la paz mundial y la justicia social, para lo cual la representación es vital.


 El objetivo de la literatura -del lenguaje- es reflejar la experiencia humana, ir de lo particular a lo universal y "esto sucede igualmente a partir de la cultura afro-americana: los humanos son más parecidos que distintos, no somos tan diferentes como pensábamos"  (Nikki Grimes, autora de "Bronx masquerade".)


Estamos viviendo tiempos en que las migraciones y el multiculturalismo son parte de nuestra realidad cotidiana y este fenómeno irá en aumento. Debemos fomentar la aceptación del "otro" -o descubrir quizás- que no hay otro.


 <<¿Cómo procesamos estos cambios? ¿Qué significa conectar culturas? -"Las historias de origen e identidad: estas son las historias que hemos perfeccionado: nosotros -los afro-americanos- somos criaturas híbridas: tomamos piezas de todas partes para fabricar algo nuevo a partir de la colisión de culturas" >>. Así se expresaba Christopher Myers, autor e ilustrador de libros infantiles, quien trabaja con técnicas como el collage para justamente mostrar lo que puede surgir a partir de fusiones entre culturas. Con su trabajo se interroga constantemente ¿Cómo crear buena literatura que piensa sobre la diversidad?

El segundo panel: "Time is on their side: women in children's books" fue introducido por Bodour al Qasimi, fundadora de la casa editorial grupo Kalimat, conocida por transgredir barreras socio-culturales y publicar libros infantiles que hablan de los retos a los que se enfrenta la infancia hoy en día así como títulos que resaltan la cultura árabe. Comenzó preguntándose: <<¿Qué pasa si al crecer las niñas sólo observan personajes femeninos en roles de cuidadoras (madres, maestras, enfermeras...) o de superhéroes (fascinantes, pero inexistentes)?  Sabiendo además que los estereotipos de género se forman alrededor de los 6 años : ¿será entonces fácil llegar a la conclusión de que "sólo los niños están destinados a realizar grandes hazañas."?>>
La identidad de género en los libros infantiles ha sido tradicionalmente problemática, pero pareciera ser que estamos presenciando una revolución / evolución.  La siguiente expositora fue Maria Russo, editora de libros infantiles para el New York Times, quien habló sobre el apogeo de las biografías de mujeres, desde libros para "toddlers" como "A is for awesome" de Eva Chen y Derek Desierto hasta series como "Little people, big dreams" y el compendio "Cuentos de Buenas Noches para niñas rebeldes" (que fue el primero de su tipo). Piensa que se trata de libros que toman una postura política, el equivalente de libros en las listas para adultos que incitan a un cambio de paradigma. 


Mencionó títulos como "Mujeres de ciencia" de Rachel Ignotofsky;  "Bold and Brave" de Kirsten Gillibrand y Maira Kalman, sobre la historia detrás de la obtención del voto femenino en los Estados Unidos; "Valerosas, mujeres que sólo hacen lo que ellas quieren" de Penelope Bagieu que muestra el retrato de quince mujeres que reinventaron su destino pese a las circunstancias adversas de la vida.


Susan Wood, autora de la biografía infantil ilustrada de la senadora norteamericana Elizabeth Warren, pero también de "An apple pie for dinner", contaba como nunca se imaginó que escribiría dos libros tan distintos: el primero (An apple pie for dinner) -escrito antes de la recesión económica, sobre una abuela que hornea un pastel de manzanas para luego compartirlo-  fue imaginado en un tiempo en el que toda la gente hablaba de comprar una casa, donde una felicidad doméstica estaba al alcance de todos ("a pie baking and sweet eating kind of time"), en contraste con los tiempos que estamos viviendo, tiempos de tomar partido y luchar por los ideales más profundos ("a stand up and speak out kind of time").

La especialista en literatura infantil Gillian Engberg hizo una síntesis de las tendencias en los libros infantiles con las mujeres como tema central, donde se observan:

-libros que reconstruyen los roles de género: aquí no podemos dejar de mencionar al libro ganador de la categoría Opera Prima en Bologna -Sirenas, de Jessica Love-sobre un niño al que le fascinan las sirenas y con ayuda de su abuela decide disfrazarse y salir a desfilar. También a "Vivan las uñas de colores" de Alicia Costa y Luis Amavisca.

-libros con las denominadas "She-roes", super-heroínas con grandes poderes.
-cuentos de hadas centrados en mujeres.


-libros sobre el cuerpo femenino, sobre sus cambios, sobre aceptación y sobre la integridad del mismo
-libros sobre feminismo y activismo: biografías individuales y colectivas, historias de revoluciones sociales...


Mencionaba que de entre los 1558 libros que son presentados como candidatos para la feria del libro infantil de Bologna se ven varios ejemplos de estas características: desde biografías colectivas o individuales (como la serie de biografías originalmente de mujeres -y luego también de hombres- notables  Pequeña y grande); Inventoras y sus inventos de Aitziber Lopez y Luciano Lozano;


Shaking things up, 14 young women who changed the world de Susan Wood, Nuevo mundo: Isabel Zendal en la expedición de la vacuna, Las visitas de Nani de Karishma Chugani, Tiens-toi droite de Remi Courgeon; Dreamers de Yuyi Morales, Las niñas serán lo que quieran ser de Raquel Diaz Reguera o Yayoi Kusama: From here to infinity de Sarah Suzuki.


No cabe duda que estamos ante grandes cambios, es necesario hablar de estos temas con nuestros pequeños, para que sepan cuestionar el mundo en el que vivimos, para que podamos aceptarnos los unos a los otros, para derribar muros.


Se puede luchar contra los estereotipos desde el nivel pre-escolar, promoviendo la igualdad, mostrándoles la belleza de un mundo lleno de diversidad, pero esta estrategia no pasa por prohibir listas de libros.

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