A quien no le le pasado (¿todos los dias?): después de despertarnos muy temprano, preparar el desayuno, la ropa, lavarnos los dientes.... la peque decide que NO se va a poner sueter; se acerca ya la hora de salir y terminamos a gritos y pataletas,
Lo cierto es que cuando suceden entra en una especie de trance y es imposible sacarla de ahí hasta que pasa. En ese periodo llora, grita, repite lo mismo una y otra vez, trata de golpear puertas, muebles o a nosotros. Y claro, llega el momento en que perdemos la paciencia y ya no es sólo ella la que grita (o llora!).
Hemos probado de todo, desde los famosos (y poco recomendados) "tiempos fuera", que en realidad en nuestro caso parecen empeorar la situación, tratar de hablar con ella, encerrarnos nosotros, abrazarla muy fuerte en posición fetal (esto último funciona a veces)... pero la verdad es que hemos visto que hay que esperar a que pase la tormenta y sólo después, cuando la calma ha vuelto podemos hablar y razonar con ella. Es entonces cuando nos cuenta que ella lo pasa tal vez peor que nosotros. Que siente como esas emociones se apoderan de ella y no puede, ni sabe cómo, controlarlas. A veces lo describe como un pequeño señor rojo que toma el mando.
Y no, no ha visto la película "Inside Out" |
"El Monstruo de Colores" de Anna Llenas, muy popular entre los niños, fue un primer acercamiento al tema. La verdad es que va muy bien para ponerle nombre a lo que sienten, a identificar sus emociones y frustraciones, a identificar la causa de su su frustración. Es muy simple asi es que se les puede leer desde edades muy tempranas.
Sin embargo, cuando descubrí "Lejos, lejos de casa" de Rachel Woodworth y Sang Miao, me emocioné porque supe que estaba ante una historia que le hablaría de verdad a mi hija, un personaje con el que podría identificarse. En esta etapa los niños experimentan las emociones de forma física. Todo su cuerpo, su mente, su ser, es afectado por estos torbellinos. La historia de esta niña que vive todo tipo de estados de ánimo, al parecer contradictorios y a veces en un mismo día: rabia, felicidad, tristeza... y que lo resuelve con calma y espacio, visitando el pais de su imaginacion, escalando cumbres empinadas, me hizo reconocer algo similar a lo que vivimos en casa.
Me fascinó ya que nos llevo a reconocer y validar que sus sentimientos son legítimos, que pueden ser complicados, y que está bien, aprender a nombrarlos y mostrarle estrategias para lidiar con la tormenta (como respirar o pensar en lugares de calma, el bosque alegórico del cuento). Las ilustraciones de Sang Miao son verdaderamente hermosas, hasta mágicas, y la edición a cargo de Libros del Zorro Rojo, es impecable, con una impresión en papel mate grueso y tapas forradas en tela.
Aunque coincido con Ana Tarambana en los peligros de enseñar a los niños a gestionar las emociones como estrategia para integrarlos a un mundo capitalista y en que:
<< No hay duda de que la literatura es lenguaje, pero también es emoción. Son dos palabras que van estrechamente unidas pues una de las actividades más significativas de los lectores es sentir determinadas emociones cuando leen. Todo el trabajo de los escritores: la creación de mundos, personajes, situaciones, conflictos y desenlaces va encaminado a estimular al lector, a hacerle sentir, porque es la única manera de que permanezca dentro de la historia.>>
<<Como docentes, bibliotecarios y padres o madres tenemos la responsabilidad de dar libros de calidad, de hacer que la experiencia de la lectura sea entrar a un mundo inesperado, sorprendente, donde las palabras juegan con ritmos y sonidos, donde la ilustración atrapa la mirada mientras queremos pasar la página para ver por dónde continúa la historia. La literatura se basa en una serie de decisiones estéticas, técnicas, e ideológicas, tomadas por los escritores y que sostiene mediante personajes y narradores para permitir a los lectores adentrarse en su imaginación, explorar cómo funcionan las relaciones humanas mediante una serie de relaciones, hechos e intenciones.>>
Igualmente, la literatura no debe entenderse como un manual de instrucciones para la vida, como se ha hecho por (...) <<personas que llevan años despreciando la literatura y haciendo que los niños la desprecien también porque siempre les ofrecen lecturas literales basadas en propósitos educativos.>>
Sin embargo, si bien la literatura infantil no deberia estar al servicio de intereses comerciales o modas sí pienso que en este caso particular, los niños se encuentran perdidos en este mar de emociones que los abruman y guiarlos un poco en el reconocimiento de las mismas es una parte importante de su desarrollo.
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